4- EJERCICIOS PARA VER COMO ARTISTAS

Puesto que pintar es una tarea más adecuada para el hemisferio derecho que para el izquierdo, si queremos dibujar bien deberíamos intentar mantener desinteresado en la tarea al otro hemisferio.

En primer lugar deberemos seguir unas reglas que se ha comprobado que son muy eficaces para alejar la parte lógica de nuestra mente y "conectar" con nuestra mente gráfica e intuitiva: 

Es muy útil dibujar y pintar en silencio o escuchando música, ya que el responsable del lenguaje es la parte lógica de nuestra mente. No deberíamos oír la radio ni la televisión ni escuchar conversaciones ó palabras (que invitan a participar al hemisferio izquierdo). 
Los sonidos de una Tierra Distante - M. Oldfield
Sin embargo sí que es muy adecuado escuchar música suave sin sobresaltos, ya que la mayoría de las personas procesamos la música con el hemisferio derecho y la música suave nos ayuda a concentrarnos en nuestra faceta artística (aunque también se ha comprobado que los músicos profesionales o los que saben tocar algún instrumento procesan la música con el hemisferio izquierdo). 
El tipo de música más idóneo es la de tipo Yoga, o de relajación y en general toda la música clásica anterior al Romanticismo (Barroco y Clasicismo): La mejor es la música de Mozart y la de Bach especialmente su música más suave: sus adagios y movimientos lentos.
Pero cada uno debería buscar su propia música que le inspire; la que mejor le lleve a este estado de "trance" en el que el artista se desconecta de la mente lógica y del paso del tiempo. A mí personalmente además de la música de Mozart me encantan algunas obras músicales de Mike Oldfield (Canciones para una Tierra distante, Voyager,  Islas ...) y la música tipo New Age.

El problema para dibujar es que el hemisferio izquierdo es el dominante (al menos entre los "no artistas")  y el más rápido en atender los estímulos, interpretándolos mediante palabras y símbolos.

Lo que necesitamos es plantear nuestra tarea de dibujo de una manera que resulte inadecuada para el hemisferio lógico y que sea rechazada por el mismo, y en esto se basan los dos ejercicios que hemos practicado en clase y que describimos a continuación.

LA COPA DE RUBIN
 
El primer ejercicio tiene como objetivo el hacernos experimentar el "salto" del procesamiento mental desde un hemisferio del cerebro al otro.

Como cualquier ejercicio artístico (que involucra el procesamiento mental del tipo "no verbal") es difícil describir este proceso con palabras, y también es difícil de comprender como funciona el ejercicio únicamente mediante la lectura de un texto o de un artículo. La pintura, el dibujo y todos los ejercicios que involucran al hemisferio izquierdo hay que experimentarlos para comprenderlos. No se puede aprender a pintar ni a dibujar leyendo un libro o un artículo, hay que experimentar y percibir lo que se siente en nuestra mente de un modo completamente subjetivo.

PERCEPCIÓN DE CONTORNOS, FONDO Y FIGURA

Una de las "ilusiones ópticas" más conocidas es la de la copa cuyo borde define una cara humana. El cerebro percibe con gran detalle los contornos de un objeto para distinguir las figuras del fondo, pero cuando los "espacios en negativo" forman a su vez alguna figura reconocible, el crebro sufre una paradoja y "conmuta" entre ambas figuras sin poder ver simultáneamente ambas figuras. Podemos ver este efecto en esta otra  imagen de una barandilla cuyos "espacios en negativo" dibujan una silueta humana. Percibiremos una u otra imágen (la figura humana o la columna) pero no ambas a la vez.

Imágenes en negativo

La Copa de Rubin











El Psicólogo danés Edgar Rubin estudió en 1915 la copa que ahora lleva su nombre para analizar como distingue el cerebro entre la figura y el fondo de una imagen.   Los objetos son reconocidos por nuestro cerebro a través de sus contornos, siguiendo reglas basadas en su experiencia. Por ejemplo suele elegir como figura la parte más pequeña, rodeada de un fondo envolvente más grande. También se elige como figura  lo más cóncavo ó convexo (las formas acabadas con ángulos) mientras que las imágenes más monótonas se suelen identificar como fondo. En estas dos imágenes de Rubin de 1921 el cerebro elige el objeto con punta como figura, situada sobre un "fondo" negro en la imagen de la izquierda y blanco en el de la derecha.
Fondo y Figura

La copa de Rubin tiene un contorno ambiguo y presenta una doble percepción a nuestro cerebro, ya que además de su imagen normal como una copa puede verse como el perfil de dos caras enfrentadas, en dos imágenes con una frontera común, cada una de ellas puede ser la figura o el fondo.

Nuestro cerebro alterna entre ambas percepciones y nunca percibe simultáneamente ambos significados, con lo que se demuestra claramente que no vemos lo que realmente se proyecta sobre nuestra retina, sino que nuestro cerebro filtra, analiza e interpreta lo que realmente se percibe en cada momento. El enfoque cambia súbitamente con un proceso de percepción inconsciente, aunque el ojo sigue recibiendo la misma imagen. La figura ha sido utilizada por los teóricos de la Psicología de la Gelstat ("de la Forma") como ejemplo de la "percepción multiestable".

 Existen muchas variaciones sobre la copa de Rubin, y aquí podemos ver algunas de ellas.
 Este es un vídeo en el que una copa de Rubin irregular da la sensación de que los dos perfiles están hablando.




DIBUJANDO LA COPA DE RUBIN CON AMBOS HEMISFERIOS.

Una buena práctica de dibujo consiste en comprobar como la parte lógica de nuestro cerebro filtra la percepción (y no deja ver lo que realmente tenemos delante) es la siguiente:

Vamos a dibujar una parte de la Copa de Rubin forzando a que tome el control la parte lógica de nuestra mente (dibujando una cara y "nombrando" sus partes) y después dibujar la otra parte de la copa intentando percibirla únicamente como un contorno formado por elegantes curvas, bordes y líneas cediendo el control a nuestro hemisferio derecho.


En esta imagen tenemos el perfil del rostro que formará el contorno izquierdo de la copa (si eres zurdo es mejor partir de una imagen especular de esta. En vez de copiarlo es incluso mejor mirarlo y luego dibujar de memoria este perfil con nuestro "símbolos" de la nariz, la frente la boca y la barbilla. Una vez pintado lo repasamos con el lápiz susurrando: "frente, ceja, ojo, nariz ....). 
Percibamos nuestro "estado mental", estamos de lleno bajo el control del hemisferio izquierdo.
Ahora trazamos una línea superior y otra inferior que formarán la parte superior e inferior de nuestra copa.
Y por fin vamos a intentar dibujar huyendo del control de nuestra mente lógica. Tenemos que percibir las curvas del borde izquierdo de nuestra copa como "un todo" y no verlas como la parte de una cara; si trazamos un eje central con nuestra  imaginación, iremos intentando dibujar la imagen especular o reflejada de este borde para trazar el contorno derecho de nuestra copa.

Es posible que cueste bastante trabajo y no saldrá bien a la primera. No hay problema, se pueden borrar las líneas no simétricas e  intentarlo de nuevo, el hemisferio derecho no se aburre con la repetición e ignora el paso del tiempo.

Si no has hecho este ejercicio en clase, deberías experimentarlo ahora, no sirve para nada leer palabras sobre una experiencia de tipo "no verbal".
Mientras que el dibujo del contorno izquierdo probablemente se hizo muy rápido, utilizando símbolos almacenados en nuestra mente, es probable que dibujar el contorno derecho de la copa, como imagen simétrica de una serie de curvas que "estamos viendo" sobre el papel, cueste más tiempo. Pero el tiempo no es importante. No se trata de resolver un problema matemático o un acertijo verbal sino de dibujar.  
También es probable que en algún momento haya habido una intromisión del hemisferio lógico, y hayamos percibido de pronto los dos perfiles y percibido las dos caras. Lo rechazaremos y nos deleitaremos en los entrantes y salientes, las curvas y su reproducción reflejada a nuestra derecha, intentando no verbalizarlo (no nos diremos frases como "¿Cual es su longitud?" "¿Como se inclina esta recta?", etc.), simplemente lo dibujaremos lo mejor posible, ajustando el trazo y al finalizar  lo compararemos con nuestro modelo izquierdo y si es preciso se repetirá de nuevo.

¿Que hemos sentido? Esta es la sensación que queremos despertar cuando dibujemos y pintemos. Este es el estado mental en el que pintan los verdaderos artistas.
No se puede expresar con palabras, hay que percibirlo, reconocerlo y dejar que nos invada.  Es como la entrada en el sueño nocturno: que no se puede describir. Hay que dejar que ocurra, que nos invada y que nuestra mente se sitúe en un estado especial de conciencia mucho más placentero que en la vigilia.

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